Es una frase que me repite mi abuela muchas veces, lo hace por la experiencia que ella tiene y cómo tantas veces le ocurrió lo mismo. Es algo que nos puede pasar frecuentemente, decir "se nos fue el tiempo". A veces dejamos las cosas para después y el tiempo perdido que malgastamos nadie lo recupera, nadie puede retroceder en el tiempo, por ello, cada cosa que hagamos debemos de darle un valor, pues en ello invertiremos nuestro tiempo, tiempo que no volverá.
Hoy en día es cada vez más frecuente oír la frase "el tiempo pasó volando", sentimos que cada año se pasa más rápido que el anterior, crecemos y crecemos sin parar, debemos hacer que nuestra edad no refleje nuestra experiencia, para ello debemos sacarle provecho a nuestro tiempo y aprender, en el aprendizaje está la experiencia, el conocimiento que posteriormente usaremos para ilustrar a los más jóvenes y avanzar como sociedad a través del tiempo.
Esta frase ahonda en el saber con quien te estás juntando, la mayoría de veces tenemos una percepción de alguien por cómo actúa frente a nosotros, pero esa forma de actuar puede ser inventada por la otra persona quizás para mantener una imagen no auténtica de sí misma, por ello es que tenemos que conocerlos por cómo son cuando hablan de otros, ahí es cuando la mayoría de veces, son ellos mismos en su máxima expresión, ya que dan su punto de vista de otros y nosotros analizar, cómo es que ellos hablarían de nosotros a nuestras espaldas, así es como conocemos a los malos y buenos amigos, ya que, hoy en día existen muchas apariencias que pueden tener las personas, cuantas personalidades robadas
Infiero que mediante esta metáfora, alude a nuestro planeta y creo que tiene razón, "no podemos vivir los unos sin los otros, sin el árbol", no hay vida si no hay un planeta con las capacidades necesarias, nuestro planeta tiene la suerte de contar con mucha vida, pero que, desgraciadamente la vida que tiene, específicamente de la raza humana, vive creyendo que es la especie más inteligente pero que poco a poco se lleva a su autoextinción, un proceso lento, pero que se agrava, cada vez que maltratamos nuestro planeta, los árboles que purifican nuestro oxígeno, se van terminando, por la obsesión de hombres y mujeres ambiciosos y egoístas, ávaros que al final de todo se van y se quedan sin nada, porque después de la muerte hay eso, nada.
Llaman tontos o raros a aquellos que reciclan o contribuyen en lo más mínimo posible al cuidado del planeta, los verdaderos tontos son los que castigan su mundo con su incapacidad de hacer las cosas bien, por mera flojera de arrojar residuos a un tacho, por dejar de usar plásticos, por seguir quemando y talando excesivamente árboles que necesitamos para una buena calidad de aire.
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